Temerosa a la luz del día y perdida en el desierto de las palabras que quedaron en algún rincón de la habitación…
Trasformadas en simples ecos de algo que se llamo amor
Tu piel comenta amantes de ocasión, pero proclama su nombre, en algún punto es una obsesión pero prefieres dormir por las noches con la culpa afuera… colgada en algún árbol de eso de ensueño.
Tras tocar todo en mi habitación sabes que no puedes salir limpia de este sueño todavía resta regalar orgasmos incómodos
Alucinaciones que no saben de pasados ni de remordimientos, solo hacen de ti una mujer que come sobras por las mañanas y que llamas varias veces a las puertas de cupido
Solo tienen al miedo como compañero de naufragio y mis labios como única salvación
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